Investigadores trazan plan para una nueva política educativa intercultural

Mar, 20 Nov 2018
El documento pretende incidir en la formulación de las nuevas políticas educativas que implementará el gobierno de AMLO
Participan especialistas adscritos a instituciones públicas y privadas; entre ellas, el INIDE de la IBERO
  • Imágenes de archivo de la línea Educar para la interculturalidad que coordina el Dr. Stefano Sartorello.
  • Primera mesa de discusión para construir la agenda.
  • Se realizó el 10 de octubre de 2017 en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.
Por: 
Dr. Stefano Sartorello, investigador del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE) de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

Impulsar el enfoque de la Interculturalidad para Todos en el Sistema Educativo Nacional (SEN) de México, abarcando desde la educación básica hasta la superior, es el propósito del documento intitulado: 'Una agenda intercultural para la educación nacional’

El documento lo elaboró un grupo plural y diverso de investigadores educativos adscritos a diferentes instituciones públicas y privadas, originalmente convocados por Beatriz Rodríguez, directora de Investigación y Evaluación de la Coordinación General de Educación Intercultural Bilingüe (CGEIB-SEP); y por Stefano Sartorello, investigador titular de la línea ‘Educar para la Interculturalidad’, del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE) de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

Con este trabajo se pretende incidir en la formulación de las nuevas políticas educativas que implementará el gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador.

Durante poco más de un año, las y los investigadores que firmamos este documento, nos reunimos para analizar avances y retrocesos que la educación intercultural bilingüe (EIB) ha tenido a lo largo de las tres últimas décadas en un país como el nuestro que, desde 1992, se reconoce pluricultural en su Constitución. Sin embargo, en la realidad cotidiana, tanto de las escuelas como fuera de ellas, sigue siendo discriminador y racista con los pueblos indígenas (pueblos originarios, para ser políticamente correctos) y afromexicanos que lo habitan.

No cabe duda que en las dos últimas décadas se han logrado avances importantes como: la creación de la Coordinación General de Educación Intercultural y Bilingüe (CGEIB), como instancia transversal de política pública intercultural; la parcial implementación de Parámetros Curriculares en lenguas originarias de parte de la Dirección General de Educación Indígena (DGEI); dar los primeros pasos para incluir lenguas y culturas originarias en la educación secundaria; así como la apertura de bachilleratos y universidades interculturales en varias regiones del país. 

No obstante, todavía hay grandes retos por enfrentar: la educación intercultural en la gran mayoría de los casos no atiende a todo el estudiantado del país, sino que se sigue focalizado preferencialmente a la niñez indígena, concentrándose en el subsistema denominado de educación indígena y en los niveles de educación preescolar y primaria y, por lo que atañe a la educación superior, únicamente en el subsistema de las universidades interculturales.

A partir de una extensa revisión de los hallazgos reportados por las investigaciones educativas realizadas en nuestro país, y luego de sendas discusiones y amplios debates sustentados en nuestras respectivas experiencias de investigación e intervención educativa, logramos ir más allá de las diferencias que nos caracterizan en cuanto colectivo plural y diverso para definir seis campos prioritarios de acción en las siguientes dimensiones:

  1. Estado, normatividad y políticas.
  2. Enfoques teóricos, epistemológicos y metodológicos sobre EIB.
  3. El bilingüismo como tema prioritario en las políticas lingüísticas y educativas.
  4. Formación de docentes e investigadores para la EIB.
  5. Interculturalidad en básica y media superior.
  6. Interculturalidad en la educación superior.

Las propuestas de acción señaladas apuntan a generar una nueva política educativa intercultural que enaltezca a los pueblos indígenas y afromexicanos. Las y los jóvenes del país requieren de un enfoque intercultural que forme a todas y a todos para convivir, respetar y apreciar al otro diverso, que genere capacidades y competencias interculturales, tan necesarias para la inclusión, pero también para la pacificación de la sociedad mexicana.

Estas competencias no se generan mediante un único enfoque, sino que los saberes y haceres requeridos para convivir entre culturas, lenguas, géneros y otros, necesariamente se desarrollan desde abajo, partiendo de los diferentes contextos de diversidad locales y regionales. No puede haber respuestas educativas idénticas para situaciones tan heterogéneas como las que caracterizan los contextos rurales y urbanos, indígenas y mestizos, comunitarios y migratorios.

Por ello, una nueva generación de políticas educativas incluyentes e inteligentes, pensadas e implementadas desde un enfoque de derechos, debe partir del reconocimiento de la deuda histórica que el sistema educativo, científico y tecnológico mexicano tiene con los pueblos originarios, cuyos saberes han sido expropiados, folclorizados o silenciados por la Conquista, la Colonia y luego por la sociedad criolla y mestiza.

Esta deuda de origen que persiste hasta la actualidad se expresa en desigualdades de acceso, equidad y pertinencia educativa, en la exclusión de las lenguas, culturas y saberes indígenas y afromexicanos del SEN y en el desconocimiento y desaprovechamiento de la riqueza de la diversidad cultural y biológica, del ‘patrimonio biocultural’ por parte por la sociedad mexicana.

Partiendo de este reconocimiento, la política educativa deberá distinguir entre, por lo menos, tres tipos de contextos de diversidad que corresponden a desafíos educativos y destinatarios diferenciados:

  • Persiste la urgencia de atender y resolver la desigualdad sobre todo de infraestructura y socio-económica que sigue caracterizando las relaciones entre poblaciones indígenas y no indígenas, mediante políticas para lograr una mayor cobertura, equidad, y calidad de la educación básica, media superior y superior.
  • Es igualmente necesario atender y reconocer la diferencia étnica, cultural y lingüística como expresión legítima de los pueblos indígenas y afrodescendientes, a través de políticas de pertinencia cultural del currículum escolar como de oficialización y normalización de las lenguas indígenas como medios de aprendizaje y de comunicación educativa.
  • Para el futuro de la educación y para la cohesión y paz social, urge atender y aprovechar la diversidad de diversidades (culturales, étnicas, religiosas, de género, de generación, etcétera) como un recurso estratégico para toda la nación mexicana.

PRL/ICM

 

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